Con las estrellas a la mano. Planetario de La Habana.

La inmensa bola de roja se va acercando. No es difícil apreciar manchas y otros detalles que señalan una intensa actividad solar. El viaje termina en el interior de un Sol redondo y de un naranja subido. Contrario a toda lógica, dentro del domo está el cosmos que se muestra en un portentoso espectáculo. Es el nuevo Planetario de La Habana, un moderno Centro Cultural para la Ciencia y la Tecnología que llevará el nombre de Rosa Elena Simeón, y cuyo equipamiento ha sido donado por Japón. Entusiasta como pocos, el astrónomo Oscar Álvarez, ha sido uno de los asesores científicos de la obra, erigida en lo que quedó del antiguo cine Habana, en la Plaza Vieja del Centro Histórico de la capital. "Desde la entrada al edificio se accede al Salón del Universo, que tiene una representación del Sistema Solar, en una escala uno en 120 millones, con una configuración específica que permite que todos los planetas estén en el área física disponible", explica el experto. En apenas 30 metros de largo y 19 de ancho se representa la alineación que adoptaron los planetas, cerca del solsticio de verano, el 21 de junio de 1986 a las 4 y 24 de la tarde, cuando estaba presente incluso el cometa Halley. Álvarez señala que después los visitantes podrán ver una representación del Big Bang, la Gran Explosión, el fenómeno que dio lugar al Universo, de acuerdo con las teorías más aceptadas en la contemporaneidad. En otra área, detalla el astrónomo, está la Galería de las Escalas, donde pretendemos que el público tenga una idea de cuán grande o pequeño es el Hombre con respecto al Universo. De inmediato, bajo la luz de más de 2.500 estrellas y a través de una rampa en espiral de 71 metros, que alude a la estructura helicoidal del ADN, se recorren los 13,7 mil millones de años de evolución del Universo. Dentro del globo de fibra de vidrio que simula al Sol, representado con la gran actividad que tenía en agosto de 1972, está ubicado el Teatro Cósmico, que no es más que el planetario en si, donde se ofrece una minuciosa representación audiovisual del cielo nocturno. Álvarez indica que en otra área está la Sala de la Técnica Espacial, donde se podrá conocer la marcha de la relación que ha tenido el hombre con el cosmos, a partir de los avances de la tecnología espacial. El último piso de la nueva institución está dedicado al llamado Balcón del Sistema Solar, que permite observar desde arriba nuestro universo más cercano, y hay también un pequeño Observatorio con sencillos telescopios para que los visitantes se familiaricen con esa técnica óptica, que allí se venderá en un futuro, cuando se abra una pequeña tienda. El científico alaba la labor de inversionistas y constructores de la Oficina del Historiador de la Ciudad, quienes enfrentaron una obra con características especiales pues tuvieron que conservar la fachada original del inmueble y acceder al interior sin usar grúas u otros equipos. La nueva instalación será inaugurada cuando Naciones Unidas ha declarado al 2009 como Año Internacional de la Astronomía, en coincidencia con la celebración de los 400 años del uso por primera vez del telescopio. Además la fecha coincide con la celebración del aniversario 80 de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Japón. Pero todas esas coincidencias, que sin dudas otorgan relevancia extra a la apertura, no satisfacen tanto a Álvarez como saber que a partir de ahora los cubanos tendrán las estrellas a la mano. Fuente: CubAhora