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Editan el libro "El gran zoo"

La literatura de cordel, la estampa popular o el ex voto, con la especial combinación de palabra e imagen, fueron los referentes expresivos de Arnal Ballester para ilustrar "El gran zoo", de Nicolás Guillén.


Este artículo es de hace 14 años

La literatura de cordel, la estampa popular o el ex voto, con la especial combinación de palabra e imagen, fueron los referentes expresivos de Arnal Ballester para ilustrar "El gran zoo", de Nicolás Guillén. Con motivo del 20 aniversario de la muerte del poeta cubano, se reeditó este bestiario, obra clave de la poesía latinoamericana del siglo XX y que ahora se completa con las ilustraciones de Ballester, Premio Nacional de Ilustración 2008. En declaraciones, Ballester aseguró que quería que sus ilustraciones en esta obra, publicada por la editorial El Zorro Rojo, "remitieran de alguna manera a las viejas estampas o grabados con pie de texto". El dibujante explicó que no pretendió sintetizar el concepto del poema, sino la impresión que le provocó la lectura del texto, con la particularidad de que la lectura que realiza un ilustrador "produce otras obras que poseen vida propia". "Un ilustrador es ante todo un lector que puede comentar, interpretar, acotar, glosar y hasta contradecir la obra que ha tenido en las manos. Pero lo hace con unos medios distintos a los del lector común", añadió. Ballester afirmó que con las ilustraciones quiso trasmitir sus propios sentimientos ante los asuntos evocados por el poeta y añadió: "inevitablemente traducen aquellas cosas que me gustan o no me gustan del mundo en que vivimos". Sobre la función de la ilustración, Ballester opinó que "el único espacio en el que tiene auténtico sentido combinar palabras e imágenes es aquél en el que se ofrece al lector dos posibilidades de lectura que no se interfieren mutuamente". Además, el dibujante apuntó que en el caso de la poesía esta premisa es aún más cierta, "porque su construcción se basa a menudo en la evocación directa de imágenes". El propio Guillén definió "El gran zoo" como un libro de "poemas muy simples de forma, de ritmo apenas insinuado; donde cada uno representa una imagen en desarrollo", un bestiario donde confluye una fauna zoológica, social y mitológica. En el prólogo añadido a la segunda edición de 1971, el poeta cubano desveló el vínculo que lo unía a las figuras elegidas: "La mayor parte de los habitantes de este libro son amigos, enemigos o conocidos del autor". Así, el lector se encontrará entre las páginas de "El gran zoo" con El Caribe, la guitarra, El gángster, los usureros o la bomba atómica, cuya ilustración atiende a una disposición de personajes que evocan las danzas de la muerte medievales.  Esta obra de Guillén está considerada un "atípico bestiario", un "libro de fábulas" donde confluyen poesía, humor y crítica social. El poeta cubano comenzó a escribir los primeros poemas durante su exilio en Buenos Aires en 1958. Los textos comenzaron a difundirse un año más tarde en la revista "Lunes de revolución", y en 1967 se reunieron en un volumen publicado por el Instituto Cubano del Libro. La actual edición se ha enriquecido con una quincena de ilustraciones. Guillén nació en Camaguey, Cuba, en 1902. Inició su producción literaria en el ámbito del posmodernismo y la afianzó con las vanguardias de los años 20, lo que le convirtió en el representante más destacado de la poesía negra o afroantillana. Algunas obras de su producción son "Poemas de transición" (1927-1931), "Elegías" (1948-1958) o "La rueda dentada" (1972). En 1961 fue elegido presidente de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba. Fuente: El Financiero.com

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